jueves, 30 de abril de 2015

Sanar al Niño Interior





Cuando nosotros trabajamos en diferentes terapias para liberar bloqueos emocionales, estos invariablemente, crean dolores corporales,rigidez, temores, tristeza, confusiones e ira reprimida, todas estas manifestaciones salen a flote durante las terapias y siempre están relacionadas con asuntos pendientes de nuestra infancia y más allá.
Comparto el trabajo de Jocelyne Ramniceanu, para entender más a fondo el trabajo con el niño interior.

Para quienes no saben, el niño interior es nuestro subconsciente,
aquella parte donde quedaron registradas todas las situaciones de dolor, traumas, creencias y emociones como también las experiencias agradables.

Una parte de nosotros quedó congelada en ese estado, en esas experiencias mientras fuimos creciendo y aprendiendo a sobrevivir. Todos tenemos un niño herido, unos más que otros, que fue lastimado en algún momento de su desarrollo. Estas heridas se manifiestan constantemente en nuestra vida adulta.
Esa parte nuestra quedó olvidada y abandonada. Esa es la parte que aprendió a protegernos reaccionando a las situaciones similares o a cualquier eventualidad que pueda causarnos nuevamente daño. A nuestro niño lo ignoramos totalmente, desconociendo el origen de las decisiones que fueron tomadas tempranamente y que hoy en día ya no nos resultan útiles y más bien nos causan problemas. Olvidamos las causas que dieron origen  a nuestros patrones de conducta y de qué manera remediarlo.
Hoy en día necesitamos desaprender aquello que perpetuamos en conductas negativas una y otra vez o aquello que nos hace atraer relaciones nocivas a nuestra vida para poder fluir libremente.

¿Qué necesita nuestro niño interno para colaborar con nosotros y soltar esos patrones de conducta, esos programas y reacciones? Aquello que andamos buscando en el mundo, es justamente aquello que necesitamos de nosotros mismos, la aceptación, la seguridad, sentirnos valiosos, la compañía, la confianza, pero sobre todo amor.

No podemos sentir amor verdadero hacia el mundo si no se lo damos primero a nuestro niño interno.  No podemos dar lo que no poseemos. Entonces sin saber andamos por la vida como seres necesitados buscando ser rescatados o buscando relaciones donde rescatemos a otros para sentirnos importantes y valiosos. Pero ocurre que no podemos obtener aquello que necesitamos tampoco de quién no lo puede dar; porque somos nosotros quienes tenemos que completarnos. No somos la media naranja buscando la otra mitad. Siendo seres completos podemos disfrutar del amor sin condiciones, sin necesitar que otros nos den aquello que nos falta.

Las relaciones no se basan en conseguir quien nos complete sino en quién nos acompañe.
Al relacionarnos nuevamente con nuestro niño interno, tenemos que ganarnos su confianza, darle todo aquello que necesita para sanar sus heridas y dejar ir aquello que lo hirió. Así nos liberamos del resentimiento, del temor, y de la tristeza, también de memorias de abandono o abuso. Es allí cuando realizamos el verdadero perdón, dejando ir, soltando lo que nos amarraba a un recuerdo.
Cuando en el ahora, sanamos nuestro niño interior, no solo estamos cambiando nuestro futuro, también nuestro pasado se transforma.

Nuestro niño interior vuelve a ser un niño sano, alegre, curioso, seguro confiado y juguetón. Y así experimentaremos la vida nuevamente.


Meditación Niño Inerior


Te amo
Jocelyne Ramniceanu
Fuente: https://hooponoponoenvenezuela.wordpress.com/2013/09/06/el-nino-interior/

miércoles, 29 de abril de 2015

DEPRESIÓN Y MINDFULNESS

DEPRESIÓN Y MINDFULNESS

En la lucha contra la depresión, el movimiento mindfulness es la respuesta. Las técnicas de la atención plena ayudarán a cualquier persona a prestarle atención a sus emociones y superar y crecer durante las experiencias vitales más difíciles, y romper el ciclo de infelicidad crónica de una vez por todas.
La depresión no es un trastorno del cerebro o de la química cerebral, sino un patrón de comportamiento, un modo de actuar y de pensar con el que reacciona una persona cuando en su vida aparecen determinadas circunstancias o sucesos adversos que suelen implicar la pérdida de algo valioso para esa persona. Pero estos modos de reaccionar pueden cambiarse, aprendiendo nuevos patrones de comportamiento, nuevos modos de ver la realidad y nuevos modos de relacionarse tanto con nuestra realidad como con nuestros propios estados mentales y emocionales. Y en esto último se centra especialmente el mindfulness que, unido a técnicas conductuales (más centradas en comportamientos nuevos que puedes aprender) y cognitivas (que te enseñan nuevos modos de pensar e interpreta la realidad), pueden aportar a una persona todo un arsenal de nuevos modos de reaccionar ante sus circunstancias vitales (en vez de reaccionar con ese patrón que llamamos depresión)

Herramientas mindfulness para llevarte por un camino bondadoso, durante 8 semanas:
  • El "efecto arenas movedizas" de la depresión, ¿por qué nuestros intentos de pensar nuestra manera de salir de la depresión puede ser contraproducente, y la estrategia que se puede utilizar para la verdadera libertad
  • La biología de la depresión cómo la meditación puede reescribir estructuras neurales y sanar desequilibrios químicos
  • ¿Qué hacer cuando no estás deprimido-técnicas para cultivar un sentido permanente de la alegría que le protegerá de recurrencia
  • Meditaciones guiadas durante las 8 semanas de programa mindfulness
  • Acompañamiento psicoterapeutico, conductual, cognitivo y mindfulness
  • Terapia Cognitiva basada en la Atención Plena para la depresión
La expresión «atención plena» se refiere a un estado de atención abierta y activa del presente. Al prestar atención se tiene la capacidad de observar los pensamientos y sentimientos desde la distancia, sin juzgar si son buenos o malos. En lugar de dejar que la vida pase implica vivir el momento y estar despierto y abierto a las experiencias. No se trata de meditar para ser mejor en algo, implica aprender a desarrollar la sabiduría y la ecuanimidad y no la resignación pasiva, para conseguir una atención sabia y afectuosa.
Título original: The Mindful Way Through Depression: Freeing Yourself from Chronic Unhappiness).
Autores: John Teasdale, Mark Williams, and Zindel Segan

VIDEO 
 

martes, 28 de abril de 2015

De lo Sagrado Femenino Celebro que SER MUJER es una BENDICIÓN!

Texto de Myriam Wigutov

Les contaré una pequeña escena muy expresiva (que y si no fuera trágica seria muy cómica!) para comenzar esta nota.

Sucedió hace once años atrás, luego del nacimiento de mi hijo Ulises, estábamos sentados con el neonatólogo en su consultorio esperando que el papa de mi bebe llegara. Ulises tenía apenas un mes de vida, y yo el mismo escaso tiempo de madre. Estaba en pleno puerperio y elaboración/escritura desde hacia tiempo de mi libro/taller “LA RUEDA PURPURA, Taller de Conocimiento Femenino”.

Sentados en el escritorio, el médico el bebé y yo, taborillábamos los dedos sobre la mesa cuando de repente, violentamente, abrió la puerta una mujer con guardapolvo blanco, (deduje que era médica por el modo desabotonado que lucia su vestidura y las joyas que la adornaban), totalmente desencajada a llanto pelado. Y justo a mí me tocó ver ésta escena, pienso ahora! Jajaja! Quizás par escribir esta nota!

Era evidente que la médica estaba pasando por un momento de mucha revolución emocional y espiritual y al mismo tiempo intentaba ocultar inútilmente tanto desborde. Se lanzo a los brazos del neonatólogo y descargo su llanto hasta que pudo explicarse:

-Medica: Es que ayer Anita menstruó!

Esta médica era colega y amiga del ese neonatólogo y su hija mayor, Anita, era su paciente, me explico el medico mas tarde

Pediatra: pero… Te felicito!… (le dijo con fuerte tono de reproche) deberías estar contenta! Porque te pones así?

Medica: ¡Porque estoy muerta de miedo y angustia, no puedo parar de llorar! ¡Ayúdame! ¿Que hago?

Pediatra: (con rechazo y queriendo sacársela de encima) Anda a ver a un psicólogo!

Se hizo un silencio muy sentido.

Recién en ese momento la médica giro su rostro hacia mí y registro nuestra presencia, la mía, y la de mi bebé todo vestidito de azul. Sobreponiéndose al impacto y descargando su lógica furia por no ser comprendida, dijo:

Medica: ¡Que suerte tenes, es varón! No vas a tener que pasar por éstas tremendas angustias!

El pediatra la invitó a salir diciéndole que luego la iría a ver, y una ves solos me dijo: Medico: lo más grave es que ella es médica ginecóloga!

Quise explicarle al neonatólogo de mi hijo que lo que le pasaba a su colega no tenía nada que ver el saber científico sino con la vivencia subjetiva de lo Femenino Sagrado, pero estaba atónita y sabía que era meterme en problemas en ese contexto.

Vamos a analizar la escena: aunque la madre era medica ginecóloga (y diría, más todavía por ello) su angustia revelaba la falta de acompañamiento afectivo y comunitario, la total ausencia de instrucción positiva y espiritual en la experiencia femenina subjetiva, evidencia que su saber científico no solamente no cubre las necesidades de esa madre y esa niña, sino que además las negativaza desterrándolas de la milenaria tradición femenina.

El médico intenta felicitar a la madre porque su hija ha crecido tan bien que se ha hecho mujer. Él tiene ése impulso pero no los medios que lo habiliten para hacerlo, entonces para desembarazarse de la situación quiere despacharla al mundo de la sicopatología, que a su vez tampoco tiene una mirada positiva, y mucho menos sagrada, sobre la menarquia y las instrucciones para las madres y niñas.
El médico quiere felicitarla porque la madre ha cumplido tan bien su rol que ha acompañado a su niña en todas las estaciones del alma anteriores y han logrado pasar con éxito las pruebas necesarias. Pero la angustia de ésta mujer no le permite recibir otra visión del evento que está protagonizando su hija, porque es tanto el dolor añejado en su útero que no puede ver otra cosa más que su propia herida.

También revela la transmisión de sufrimientos de generación a generación, madres a hijas, de abuelas a nietas, tías a sobrinas…
Sufrimientos llenos de silencios, de desconocimiento, de desconexión con nuestra propia fuente femenina y con la trama femenina social y familiar… silencios llenos de reproches que volcamos hacia nuestras madres biológicas, y que la ciencia las culpa. Pero como hubieran podido nuestras madres o abuelas llenar ese vacío si ellas mismas, y así hacia atrás, recibieron ese mismo tratamiento negativo y desespiritualizado!?

Al primer sangrado de una mujer en mi libro/taller lo llamo La Escena Iniciática: “… es la escena en la que nos vemos por primera vez frente a lo Femenino Impersonal o a La Diosa. Esta escena nos conectará o desconectara de ELLA y será un sino, una marca, una huella imborrable que deberemos honrar (si fue positiva) y/o sanar (si fue negativa)…”

También expresa el valor del vínculo madre hija como un lugar lleno de silencios, miedos, exclusión. Escena en la que lo que se le imprime a la jovencita no es el saber acerca de la experiencia femenina de lo cíclico, ni de sus aspectos positivos y sagrados, sino todo lo contrario: temor, rencor, resentimiento, culpa, desprotección y sumisión al orden jerárquico que SUPRIME los valores femeninos esenciales.

Solas y culpadas por la ciencia, la familia, las instituciones, la trama social nos enfrentamos a LA ESCENA INICIATICA que descubren heridas dolorosas. Esos vacíos son los responsables de que las mujeres estemos en tal estado de desconexión de nuestra verdadera naturaleza.

Todas, TODAS, buscamos por infinitos medios esa reconexión, esa reunión con ALGO que nos calme ese dolor. En los PORTALES INICIATICOS FEMENINOS: maternidades, menarquias de nuestras hijas, las mujeres estamos anhelantes de un nuevo mapa, de una vieja/nueva guía. De instrucciones que intuimos y necesitamos se hagan explicitas, para nosotras mismas y para las futuras generaciones. Esa nueva programación es la Nueva Espiritualidad Femenina, la TeAlogia, la Espiritualidad de La Diosa, de la Anciana Diosa Madre , actualizada para los retos de las modernas mujeres que deseamos heredarles a nuestras niñas/os “algo mejor”.

Deseo que cada vez haya más hombres que también respeten y valoren ésta necesidad en las mujeres que los rodean.
Sanar esa herida es una oportunidad, para volver a tejer la larguísima cadena de transmisión positiva que el sistema jerárquico ha cortado, tejiéndola nos reunirá con el vasto océano de TODAS LAS MUJERES y de LA CREADORA DE TODO.

Me hubiera gustado decirle a esa mujer, médica y ginecóloga, que ella misma tiene que sanar su propia experiencia de lo femenino e informarse, pero no de saberes científicos solamente, volverse adulta completar lo que las generaciones anteriores de mujeres no han podido lograr. Que tiene que reconocer y lamerse las heridas que le han dejado tanto tiempo de silencio, de desestima y destierro sobre algo que ella sabe que es importante y es su esencia. Pero después debe activarse, energizarse y potenciarse para salir de la posición de víctima.

Y así cómo ella cada una de nosotras. La ginecóloga que enfrenta el portal iniciático de la menarquía de su hija, presiente la enorme oportunidad de transmitirle a la niña lo positivo de habitar un cuerpo femenino, pero cómo hacerlo si su propia experiencia es tan negativa y no ha podio encontrar el modo de resolver su propio dolor.
Esa mama, medica, ginecóloga, al angustiarse reconoce que en tal circunstancia lo único que le transmitirá a su niña es sufrimiento aunque intuye que podría ser de otro modo, recuerda, quizá inconscientemente que las cosas en verdad han sido originalmente diferentes.

Esta pequeña escena revela que así como una mujer experimenta y vive, su propio ciclo menstrual, y con ello todo lo relacionado con su experiencia de lo femenino así se lo transmitirá a su hija, porque quizá es una de las pocas cosas que aún siguen heredándose por vía materna, porque éstos saberes no son de la razón, sino del alma y esas cosas se transmiten con los gestos, las acciones, los silencios, y los pensamientos.

Esta mamá, como muchas de nosotras, necesita guía, consejo, acompañamiento especial para un momento especial, va a buscarlo en el medico pero se frustra y se choca con la soledad y el adjetivo tácito de “neurótica”, cuando el médico la manda a ver a un psicólogo porque está conmovida y carece de información adecuada y de trama social que la guíe. Y porque, además , es varón.

Es que, en nuestra cultura, jerárquica, androcéntrica, patriarcal, nadie se ocupa de “ESTO”… de las transiciones de la vida de una niña en joven mujer, de una mujer en madre, de una madre en abuela… Nadie se ocupa de instruirnos en los nuevos valores que debemos adquirir y de los viejos valores que debemos desechar… La angustia de esta mujer es la de muchas, mientras nada mueva demasiado el “estatus quo”, las estanterías de la vida, los vacíos y los conflictos quedan ocultos bajo la alfombra, pero la PRIMERA LUNA (que eso es lo que significa literalmente menarquia, palabra tan carente de poesía!) de su niña puso sobre la mesa un monstruo que venía siendo ocultado con decoro: la relación con su propia femineidad, con su cuerpo, con su inconsciente colectivo de género, con sus propios ciclos, menstruales, lunares,
vitales y cósmicos.
Por más ginecóloga que sea… por más que intente racionalizarlo, la relación con LA FÉMINA IMPERSONAL es una relación de una profundidad, magnitud, envergadura y alcance a la que recién comenzamos y nos estamos animando, unas a otras, a develar. Seguramente a ésta Mamá no le falta información biológica, cientificista, medible, objetiva y racional; seguramente esa información es la que le sobra pero no logra dar las respuestas adecuadas; más la que le falta es esta otra información: la que se recoge con la piel y los oídos del corazón, la que nos susurra LA QUE SABE y vive en nuestra pelvis, la que circula en los nuevos y tan ansiados Círculos de Mujeres, en las prácticas de yoga
durante el embarazo, en los círculos de lactancia.

Este artículo pretende ser una compañía para la reflexión, una invitación para celebrar la maravillosa dicha de la vida, con el intento de que nuestras niñas reciban una iniciación enriquecida.
Para todas las Mamás que están por parir, o recibir la primera luna de sus niñas, para todas las abuelas primerizas, les sugiero que se concentren MÁS en hacer un profundo trabajo interno en si mismas, que en preparar grandes fiestas y ceremonias exteriores que, si no van de la mano de un profundo trabajo de auto transformación, son pura cáscara.

Las invito a que busquen instrucción autorizada y competente sobre el ciclo menstrual-vital/lunar femenino espiritualizado. Que revisen sus propias heridas y así puedan transformar los antiguos mandatos negativos en nuevas instrucciones positivas.

¡Celebro que SER MUJER es una BENDICIÓN!

lunes, 27 de abril de 2015

No pidas

 

 – Agradece, Poema de Jorge Oyhanarte
Cada vez que pides algo, cualquier cosa que ello sea,

y sin importar tu tono, -sosegado… o de clamor-,

dejas entrever, mi amigo, de alguna forma la idea:

“¡esto no lo tengo ahora!: ¿me lo otorgas…, por favor?”.

Pero sin que tú lo adviertas, y sin que sea tu intención,

le marcas al Universo justamente tu carencia,

y él capta ese “no lo tengo” que esconde tu petición…,

¡y de forma presurosa más lo pone en evidencia!.

En cambio, cuando agradeces, “creas” eso que agradeces,

porque ya das por sentado que aquello “ya sucedió”,

y el Universo recoge tu instrucción…¡y te obedece!…,

¡que nadie agradece nunca por algo “que no pasó”!

¡Dalo por hecho…y no dejes que tu mente se inmiscuya,

diciéndote que es difícil que eso se te otorgue a ti!:

hay otras Manos, mi amigo, más inmensas que las tuyas…,

¡y ellas siempre le responden a quien agradece así!

No te olvides que las cosas nunca son lo que parecen:

¡hay un “Diseño Amoroso” detrás de “la realidad”!,

y cada vez que tú, amigo, de corazón agradeces,

“magnetizas” eso mismo que agradeces de verdad…

Cuando tú lo ves “ya hecho”…, cuando “lo das por sentado”…,

y agradeces, traspasado por una intensa emoción,

el Universo “percibe” que ha quedado desfasado,

y “actualiza” su programa hacia “la nueva versión”…

Por eso, amigo, no pidas: “¡Dame la calma que anhelo!”;

di más bien: “¡Gracias, Dios mío…por esta serenidad!”:

no digas: “¡Dame un trabajo que me aparezca del cielo!”;

di: “¡Gracias…porque me gano mi pan con facilidad!”.

No le implores a la Vida que te acerque una pareja;

di: “¡Gracias por este amor…que me llena de alegría…!”;

no ruegues que se disuelva alguna culpa muy vieja;

di “¡gracias…porque se limpia mi pizarra cada día!”.

“¡Gracias… por esta abundancia que sobre mí se derrama!”;

“¡Gracias… por gozar de nuevo la más perfecta salud!”;

“¡Gracias… por abrir mis ojos a un sublime panorama!”;

“¡Gracias… por llenar mi pecho de amorosa gratitud!”.

¡Siéntelo ya sucediendo!, ¡siéntelo con alma y vida!

¡Siente ese viento de cambio que te abraza y te estremece!

¡Siente la emoción intensa de la plegaria cumplida…

porque todo, compañero…le llega a quien agradece!

Poema de Jorge Oyhanarte

El Sabbath De Las Mujeres:Reclamando el Poder de la Menstruación


El Sabbath De Las Mujeres:
Reclamando el Poder de la Menstruación

por Lara Owen, M.P.W.

(Parte de este material está incluido en el libro de Lara Owen
Her Blood Is Gold: Celebrating the Power of Menstruation
Harper San Francisco, 1993)

Solía pensar que mis períodos eran una molestia, una sucia intrusión que incrementaba la lavandería y causaba un montón de síntomas desagradables incluyendo cansancio y dolor debilitante. La menstruación interfería con mi vida sexual, mis actividades atléticas y mi nivel de energía. Causaba cambios erráticos de temperamento, irritabilidad y un mal humor destructivo e imparable. Además costaba dinero - en toallas y tampones para absorber la sangre, en ropas arruinadas, en tiempo perdido en el trabajo. Era un saboteador ruin y solapado que siempre llegaba en el momento más inoportuno.

A pesar de este prédica de aflicción, no estaba totalmente en su contra. Cuando mi período llegaba, había siempre una parte de mí que se sentía complacida. Significaba que estaba saludable y fértil y que todo estaba funcionando apropiadamente. Sangrar me producía cierto orgullo que sentí intensamente durante mi primer período, pero ante la ausencia de cualquier aprobación externa, aquel sentimiento placentero desapareció gradualmente.

Una amiga judía me contó que cuando tuvo su primer período su madre la abofeteó. Con asombro ella reclamó: "¿Por qué hiciste eso?" Su madre respondió: "No lo sé, mi madre hizo lo mismo, es la tradición." Recibir una bofetada cuando una se vuelve mujer —ése es un punto interesante acerca de cómo es vista la naturaleza femenina. Tal vez se trate de un intento por eliminar el sentimiento de orgullo que llega con la primera sangre.

Algo más acabó por quitarme el sentimiento de orgullo y creo que fue la ausencia de ceremonia. Sentía internamente que algo verdaderamente asombroso y mágico estaba ocurriendo, y sin embargo todos a mi alrededor lo trataban como algo trivial. Tenía una sensación de logro, con tintes de excitación, curiosidad y pena. También recuerdo una vaga conciencia de un futuro vasto y desconocido. Intuitivamente sabía que era un acontecimiento muy importante en mi vida —y no obstante nadie dijo nada al respecto, excepto para darme algunas toallas sanitarias. Creo que mi madre se sintió complacida —después de todo, significaba que estaba sana y creciendo normalmente— pero yo necesitaba más que eso. Necesitaba una ceremonia, una fiesta, algún gozoso reconocimiento público de este gran evento en mi desarrollo. Pero nada sucedió. Conforme pasaban los meses sentía cada vez más la vergüenza y cada vez menos la excitación y el orgullo que habían brillado momentáneamente con la primera sangre.

En casa, mis períodos eran algo que debía mantenerse oculto de mi padre y mis hermanos. Si tenía que mencionarlo, hablaba en voz baja y preferiblemente con mi madre a solas. Poco después de iniciados mis períodos, durante un viaje familiar, tuve que pedirle a mi padre que detuviera el auto pues necesitaba ir a la farmacia. Por supuesto que quiso saber qué necesitaba comprar. Recuerdo un sentimiento horrible cuando le dije que necesitaba comprar toallas sanitarias. Era una peculiar mezcla de vergüenza, orgullo y pena absoluta. Él se portó muy bien al respecto, según recuerdo, y nunca dijo nada que me hiciese sentir avergonzada. Pero de alguna manera esa vergüenza siempre estaba en el fondo de mis pensamientos, y afectó toda mi relación con el mundo externo.

En la escuela, la menstruación era algo que no debía ser mencionado sino en clase de biología. Toda la información que recibí acerca de la menstruación era puramente física. Había período porque no había embarazo, y el flujo menstrual era simplemente el revestimiento descartado que el útero producía para un posible feto. Mis amigas y yo lo discutíamos y, en ausencia de mayor información, decidimos que el cuerpo femenino estaba pobremente evolucionado —toda esa sangre y ese escándalo por años y años, cuando sólo necesitabas tenerlo una o dos veces para tener niños.

La imagen que la sociedad me dio a través de la publicidad era confusa. Los anuncios de tampones mostraban ágiles chicas en bikinis corriendo alegremente hacia el mar y muchachas en ajustados jeans blancos saltando a caballo. Esto no correspondía para nada con mi experiencia de letargos y cólicos, y sabía que ninguna mujer en su sano juicio confiaría tanto en un tampón como para salir a pasear en pantalones blancos. ¡Bah! Seguramente fueron hombres quienes escribieron esos anuncios.

Aún así yo sentía que debía ser como las muchachas de los anuncios de Tampax y que algo malo había en la manera en que mi cuerpo y mente se comportaban —que una muchacha normal no debería sentir diferencia alguna durante su período, y que no había nada que a ella le gustara más que subirse a un caballo y galopar hacia alguna aventura mientras ese bonito tampón le permitía olvidar que estaba menstruando. La vergonzosa realidad era que yo ni siquiera podía introducirme un tampón. No solamente no encajaba en el estereotipo, sino que además estaba mal armada. Me sentí decididamente inadecuada hasta que finalmente lo logré. Entonces comenzó el proceso de imaginarme que yo no estaba menstruando en absoluto.

Consideraba a mis períodos como una inconveniencia y eso era todo. Si eran dolorosos, tomaba un calmante - se llamaba "Feminax" y contenía una poderosa mezcla de ingredientes diseñados para acabar con cada uno de los síntomas de la menstruación, incluso cafeína para menguar la depresión y el letargo. En época de exámenes escolares, conseguía medicamentos para retrasar mi período hasta días más convenientes, cuando el furor de las hormonas pudiera asaltar el lado izquierdo de mi cerebro sin afectar mi futuro académico. Nunca me mencionaron nada acerca de las ventajas de experimentar un estado de conciencia diferente una vez al mes, porque nadie sabía nada.

A los 18 años comencé a tomar la píldora y al principio me complació que mis períodos se aligeraran y se volvieran tan predecibles. Me tomó varios años darme cuenta realmente de que la razón para la ligereza de mis períodos era que se trataba de períodos falsos. Noté que me volvía cada vez más sensible y enojada durante mis supuestas menstruaciones, así que decidí suspender la píldora. Después de un par de meses me sentí "yo misma" otra vez y me di cuenta de que, a pesar de lo conveniente que resultaba la píldora, en realidad me había sentido traicionada con esos períodos ligeros. Ahí fue cuando comencé a darme cuenta de que menstruar era una parte importante de mi vida, un ritmo del cual dependía para mi salud psíquica y física, y que ignoré o suprimí bajo mi propio riesgo.

En otras culturas, en vez de ser ignorada, la menstruación ha sido considerada (y en algunos casos aún lo es) como un tiempo especial y sagrado para las mujeres. La abundancia de símbolos relativos a la mujer encontrados en excavaciones en lugares antiguos de Europa y el Cercano Oriente sugiere de manera enfática que dichas culturas eran matrifocales y reverenciaban a la Diosa y a los procesos del cuerpo femenino. Las prácticas rituales estaban ligadas al sangrado mensual de las mujeres y la sangre menstrual era altamente valorada como poseedora de poderes mágicos. La palabra ritual viene de "rtu", que significa menstruo en sánscrito. En la época anterior al sacrificio de seres vivos, la sangre menstrual se ofrecía en ceremonias. La sangre menstrual era sagrada para los Celtas, los antiguos Egipcios, los Maorí, los primeros Taoístas, los Tantristas y los Gnósticos.

Los Nativos Americanos comprendían muy bien los diferentes sentimientos que las mujeres experimentan cuando menstrúan y para ellos estos sentimientos formaban parte de algo muy importante en los ciclos del cuerpo femenino. Las mujeres se retiraban a un recinto especial a pasar su sangrado. Se le consideraba ser el tiempo en que una mujer se encontraban en el nivel más alto de su poder espiritual, durante lo cual la actividad más apropiada era descansar y acumular sabiduría.

La tribu Yurok del norte de California poseía una cultura espiritual muy desarrollada basada en el ritmo del ciclo menstrual para las prácticas rituales no sólo de las mujeres sino también de los hombres. Las mujeres acostumbraban retirarse "en masa" durante la luna nueva por un período de diez días. Durante ese tiempo los hombres se concentraban en el "desarrollo interno", en ceremonias y meditación. Mientras los adultos estaban ocupados acumulando poder espiritual, los niños eran cuidados por los ancianos de la tribu. Todo el trabajo que los adultos tenían que hacer se concentraba en los otros días del mes.

Cuando los hombres blancos entraron en escena, "el mundo se paró de cabeza". Las actitudes hacia la menstruación cambiaron y las muchachas fueron adoctrinadas por sacerdotes en vez de las ancianas de la tribu. En vez de enseñárseles que una vez al mes sus cuerpos se volvían sacros, se les enseñó que se volvían inmundos. En vez de retirarse a un recinto a meditar, orar y celebrar, se les enseñó que estaban enfermas.

En 1986 conocí a un maestro de las tradiciones Nativo Americanas. Me enseñó que una mujer menstruando tiene el potencial de ser más poderosa física y espiritualmente que cualquier hombre o mujer en cualquier otro momento. Aquello volteó de cabeza mis condicionadas representaciones de la realidad. Yo siempre había experimentado mi menstruación como un período de debilidad y dificultad. ¿De qué podría estar hablando aquel hombre?

Me indicó que cavara un hoyo en la tierra y que le hablara al hoyo de mis pensamientos negativos sobre la femineidad y el sangrado. Dijo que la tierra transformaría la energía negativa que yo sostenía alrededor de mi naturaleza femenina. Me sentí bastante tonta, pero de todos modos lo hice y me sorprendió descubrir cuántos malos sentimientos acerca del ser mujer acechaban dentro de mi mente feminista altamente educada. Este ejercicio fue doloroso pero muy eficaz.

Comencé a ver mi sangre con reverencia más que con miedo, disgusto o indiferencia. Para ese entonces ya no usaba tampones, así que comencé a mirar mi sangre apropiadamente cada mes, en lugar de verla en un desagradable tampón. Vi que era clara y roja, y algunas veces más oscura y con coágulos. Si en verdad liberaba mi visión, entonces podía ver que estaba llena de vida, llena de magia, llena de potencial. Comencé a sentir gozo al pensar en mi sangre, en ser mujer, al pensar que después de todo había algo extraordinariamente mágico y misterioso en habitar un cuerpo femenino. El resentimiento que había sentido durante mi adolescencia por haber nacido mujer y la convicción de que los muchachos eran mejores, palidecieron y fueron reemplazados por una creciente sensación de maravilla frente a las complejidades, posibilidades y profundidades ofrecidas por el ciclo mensual.

Comencé a tomarme tiempo para descansar, meditar y simplemente estar conmigo durante los días de mi período. Me di cuenta de que entonces era particularmente capaz de reflexionar, y que dichas reflexiones eran de una naturaleza sin tiempo. Sentí que me estaba conectando con alguna antigua y vasta fuente de sabiduría femenina, simplemente con sentarme quieta y escuchar mientras sangraba. Tomarme ese tiempo durante mis menstruaciones creó una relación muy diferente con mi cuerpo. Mi salud mejoró y poco a poco los cólicos que había sufrido durante la mayor parte de mi vida se mitigaron, y mi período se volvi&o un tiempo de placer más que de dolor.

Estaba comenzando a quererme a mí misma verdaderamente. Por supuesto que uno no puede obligarse a hacer esto, del mismo modo que uno no "hace" que otra persona lo quiera a uno. Comenzó a suceder de manera muy gradual, y mucha gente que se atravesó en mi vida me ayudó a ver con más claridad. Pero lo importante al principio fue el conocimiento de que la menstruación es una fuente de poder. Esta invaluable pieza de información, junto con el fuerte instinto que tenía acerca del poder del útero, transformaron mi profunda y en su mayor parte inconciente falta de autorespeto.

Pensar en la menstruación como una fuente de poder para las mujeres iba completamente en contra de mi condicionamiento, y sin embargo sabía en mi corazón que era verdad. Me di cuenta de que había muchísima energía en la dicotomía entre lo que nos enseña nuestra cultura y mi reacción instintiva de "¡Claro que sí!" a esta sabiduría ancestral. Cuando se localizan los puntos donde la cultura se separa de una verdad natural, se habrá encontrado una llave, un pasaje hacia las enfermedades de dicha cultura. Comencé a entender que la hendidura entre la sabiduría y el poder de la menstruación que yo estaba percibiendo y las actitudes de la sociedad moderna con respecto al útero, se situaba en el corazón de la subyugación y la negación de la realidad y la experiencia femeninas.

Para muchas mujeres, la raíz de su infelicidad yace en la dolorosa relación con los procesos de ser mujer. Las mujeres son entrenadas para esconder a cualquier costo el hecho de que menstrúan. Las manchas de sangre en la ropa constituyen una horrible vergüenza. Nadie dice nunca: "No quiero ir a trabajar o a la fiesta porque estoy menstruando", a menos de que se sienta enferma por ello y en ese caso por lo general dirá que tiene dolor de cabeza o un problema digestivo.

Cuando el útero y la menstruación son vistos únicamente como una incómoda necesidad biológica, la autoestima de las mujeres es correspondientemente baja. Nosotros somos nuestros cuerpos, y no podemos realmente amarnos en lo profundo de nuestros corazones si no amamos nuestros cuerpos sinceramente. Y no amas tu cuerpo si te sorprendes diciendo "¡Oh, no! ¡Me bajó la regla!"

En el siglo XIX, la menstruación era vista por los médicos como un signo más de la inferioridad y debilidad de las mujeres. Sin embargo, por lo general hay al menos un chispazo de verdad en cualquier ideología, y los médicos de la era Victoriana no estaban completamente equivocados cuando señalaban la importancia de la menstruación con respecto a la salud general de las mujeres, de la relación entre útero y psique, o de la cordura de descansar durante los períodos. Hemos tendido a rechazar todo esto porque nos recuerda el tiempo en que las vidas de las mujeres estaban más controladas por los hombres, y porque revive los viejos argumentos que mantuvieron a las mujeres atadas a la casa y sin ingerencia en el mundo exterior. También hemos rechazado con bastante razón la idea de que los procesos naturales de ser mujer constituyen una enfermedad. Pero decir que algo no es una enfermedad e ignorarlo por completo no necesariamente son la misma cosa. Al ignorar la menstruación como reacción a las ideas de la era Victoriana, quizás hemos perdido contacto con un persistente hilo de conciencia de su valor en la vida de las mujeres.

Los cambios que han tenido lugar en la vida de las mujeres durante los últimos treinta años podrían parecer una revolución, pero en muchos casos han sido más bien una asimilación. Las mujeres que buscan poder en un mundo masculino han tenido la tendencia de hacerlo convirtiéndose en pseudo-hombres. Y quizás inadvertidamente el feminismo ha desempeñado un papel en la supresión de la menstruación. Uno de los miedos más grandes que he encontrado en mujeres exitosas y ambiciosas cuando hablo de las ideas antiguas del poder de la menstruación, es que esto afecte de algún modo su mito de ser "tan buenas como los hombres y a veces mejores". Muchas mujeres no quieren profundizar en el tema de la menstruación, asustadas de lo que pudieran descubrir. Les parece mejor suprimir sus sentimientos con tranquilizantes, rociarse con desodorantes vaginales para disfrazar el olor de la sangre, anestesiar su dolor con químicos, y absorber su sangre con tampones de modo que no tengan que verla. Es más fácil ser una mujer exitosa en un mundo de hombres si apenas reconoces que menstrúas.

La tecnología de la supresión —tampones, desodorantes vaginales, calmantes sofisticados y drogas antidepresivas— ha actuado junto con el mito de la supermujer para crear una actitud cultural predominante de que una mujer menstruando no es diferente de la que no menstrúa. El problema con todo esto es que simplemente no es verdad. Cualquier mujer remotamente en contacto con su cuerpo sabe que cuando está menstruando, y por lo general días antes, se siente distinta. Y éste es un hecho de la naturaleza que no puede ser negado.

Uno de los aspectos de la menstruación que ahora amo y aprecio es la predecible imposibilidad de predecirla. Una nunca sabe cuándo vendrá exactamente y algunas veces te toma completamente por sorpresa. Y no sólo no toma en cuenta los horarios sino que además es un lío. Tratamos tanto de ordenar y hacer sanitaria la vida moderna que corremos el riesgo de que no quede vida en nosotros. Las menstruaciones nos salvan de ese destino —son un aspecto salvaje y primitivo, crudo e instintivo, sangriento y eterno de lo femenino— y ninguna cantidad de "civilización" cambiará eso. Mi período es un acontecimiento mensual en mi vida que tengo en común con todas las mujeres que han vivido. Las mujeres que vivían en cuevas hace 20,000 años, las sacerdotisas en las pirámides del antiguo Egipto, las videntes de los templos de Sumeria: todas ellas sangraban con la Luna. La primera mujer que produjo el fuego pudo haber estado menstruando en esa ocasión. Eso es algo en qué pensar. Si la menstruación es un tiempo altamente creativo para las mujeres en el aspecto psíquico y espiritual, quién sabe cuántos regalos habrá recibido la humanidad de las mujeres durante sus períodos.

El valor que asignamos a la menstruación tiene correlación directa con el valor que nos asignamos como mujeres. Y esto afecta a los hombres también. Pensamos que los sexos están separados, y de algún modo así es. Pero por otro lado todos somos parte de la misma gran sopa humana, y el modo en que las mujeres se ven a sí mismas y son vistas afecta también a los hombres. Tal pareciera en la superficie que los hombres han tenido la ventaja durante los pasados varios miles de años, pero eso es verdad sólo desde cierta perspectiva. Tanto hombres como mujeres han sacado provecho y han sufrido por los desequilibrios de la sociedad patriarcal. También los hombres han sido separados de sus cuerpos y de sus sentimientos, y del placer y curación que son posibles cuando se dan relaciones basadas en la cooperación más que en la jerarquía y la dominación.

Imagina un mundo en el que hombres y mujeres trabajen juntos para desarrollar el sentido de paz interna que se produce al sentarse quieto un par de días al mes; un mundo en el que los hombres apoyen a las mujeres para que pasen algunos días en calma y silencio; un mundo en el que la sangre menstrual sea otra vez un fluido mágico con el poder de nutrir la vida nueva; un mundo en el que la menstruación sea entendida como el Sabbath de las mujeres —un espacio natural dentro de un ciclo lunar para el retiro, la introversión y el trabajo interno; un mundo del cual las mujeres emerjan como la misma luna nueva, renovadas y mudadas de la vieja piel.



Hace algunos años tuve la oportunidad de pasar largas temporadas sola en un lugar hermosos en las Sierras a orillas del Lago Tahoe, un lugar vasto y azul sagrado para los Indios. Comencé a retirarme por completo cuando tenía mi período, quedándome quiera y sola, sentada en la tierra bajo el sol, con lagartijas y grajos azules como compañía, con el viento y la luna y el sol, las ondas y los colores de la superficie del lago guiándome y entreteniéndome. Viajaba dentro de mi psique y me encontraba repentinamente llorando por algo olvidado hace mucho, algún suceso de mi niñez o adolescencia. Mi período se volvió un tiempo en el que era particularmente capaz de abrirme al material psicológico y a soltar emociones. Noté que después de los primeros días de sangrado me quedaba muy quieta y callada durante aproximadamente un día, y aparentemente no sucedía nada - un espacio vacío después del llanto y los recuerdos. Luego, conforme mi período terminaba, había varias horas de claridad en las que era particularmente creativa y abierta a información acerca del futuro —por lo general del mes siguiente, pero a veces más adelante aún.

Este patrón continúa, aunque usualmente es menos intenso hoy en día. Gran parte de los embrollos psicológicos que guardaba profundamente han sido soltados —probablemente tanto como mi psique quiere hacerse cargo en esta etapa de mi vida. Ahora me siento más actualizada conmigo misma, así que hay menos cosas que soltar, por lo general son simplemente cosas a las que me he aferrado durante el último mes. Todavía lucho con el tiempo vacío y a menudo comienzo a hacer cosas, imaginando que no está sucediendo nada internamente, sintiendo que sería mejor regresar a mis actividades en el mundo externo. Con frecuencia esto tiene repercusiones y encuentro que logro muy poco y gasto mucha energía. Es difícil sentarse quieta cuando no surge nada en qué trabajar, me es difícil honrar ese vacío aunque sé que precede a la creatividad, la inspiración y la percepción interna. Todo es parte del proceso, pero se trata de una parte sin dramatismo y aún tengo la tendencia de tratarlo sin miramientos.

No suelo practicar la meditación todos los días. Prefiero ajustar mi tiempo de contemplación a mis propios impulsos. Cuando tengo mi período, a menudo entro en un espacio callado, solitario y meditativo durante tres o cuatro días, y luego mucho menos frecuentemente el resto del mes. Siento esto como un ritmo muy natural para mí, y es por eso que considero el tiempo de sangrado como el Sabbath de las mujeres.

Sangrar en la Tierra

Tradicionalmente, las mujeres Nativo Americanas acudían al recinto de la luna mientras menstruaban y sangraban sobre musgo, sentadas en la tierra. Consideran que la relación entre las mujeres y la tierra es de suma importancia, y dicha relación es nutrida mediante sangrar en la tierra. Cuando las mujeres hacen esto tienen una conexión celular directa con la tierra, lo cual las ayuda a centrarse y a "hacer tierra".

La primera vez que escuché la idea de sangrar en la tierra de una amiga mía, pensé que sonaba un poco tonto, un poco pretencioso. Pero comencé a hacerlo tentativamente, y empecé a sentir un vestigio de conexión con algo muy antiguo. Uno de los problemas que tuve fue averiguar cómo hacerlo. Las mujeres nativo Americanas solían sentarse sobre musgo en la casa de la luna. ¿Dónde se suponía que debía sentarme a sangrar? Aún si encontraba un buen pedazo de tierra donde sentarme, no quería quedarme ahí todo el tiempo. Entonces comencé a usar almohadillas de tela para absorber mi sangre, las que remojaba en agua antes de lavarlas. Me di cuenta de que podía verter el agua de remojo en la tierra, así que eso es lo que hago ahora. El agua es de un hermoso color rojo, y la vierto en la tierra alrededor de las plantas. Este acto me llena con un sentimiento de conexión, de propiedad, de estar en paz con algo que a menudo es hecho a un lado en la vida moderna. Actos simples de valor, sabiduría simple.

Es como cortar leña, arrullar a un bebé, hornear pan o beber de un riachuelo silvestre. Es uno de esos actos de ser un ser humano que está fuera del tiempo, que tiene un valor eterno, parte de estos continuos giros de vida y muerte. Las células que mueren en mi cuerpo y que son transportadas en la sangre menstrual, son alimento para la tierra. Lo que muere da a luz. Lo que muere alimenta a quienes viven y habrán de vivir.

Si ignoro mi sangre me distancio de este conocimiento. Temo a mi sangre y me desagrada —pues si desconozco que también es alimento, que también es un regalo que yo porto, entonces la veo como mera pérdida. Un desperdicio de sangre, un desperdicio de tiempo, un bebé que no fue concebido. Ya sea que desee un embarazo o no, mi sangre es siempre un regalo. Y es un regalo en el sentido literal, así como un regalo psíquico para mí misma. Es un regalo de mi cuerpo a la tierra: la madre que me ha alimentado y nutrido cada día de mi vida.

©  Lara Owen

Bibliografía:
"Daughters of Copper Woman", Anne Cameron, Press Gang 1981
"Blood Magic", Buckley & Gottlieb eds., University of California 1988
"The Once & Future Goddess", Elinor Gadon, Harper & Row 1989
"The Woman's Encyclopedia of Myths & Secrets", Barbara Walker, Harper & Row, 1983
Fuente: http://elexion.com/lakota/textos/texto22.htm


miércoles, 15 de abril de 2015

Adios al Alzheimer, Simple y efectivo..



EL MAL Esta terrible enfermedad, produce grave daño Cerebral en los Seres Humanos.
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El Alzheimer, hace que la persona pierda la Memoria y; ya no pueda tener sentimientos de placer y alegría, ni el control de sus propios órganos.
El enfermo, pierde la Conciencia sobre sus actos, y su propia Identidad, porque ya no podrá reconocerse a sí mismo. Pierde el carácter, la voluntad y el poder de decisión, y otras personas pasarán a dominar su vida.

.Tampoco podrá reconocer a sus amigos y familiares, y ni siquiera a sus propios hijos.
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Su vida pasa a ser totalmente vegetativa ! ! ! !
Es un gran monstruo, pero nada cuesta hacer los ejercicios propuestos..
El hemisferio derecho del cerebro, le va a agradecer...
El mal de Alzheimer se puede prevenir, con el simple hecho de cambiar de mano al cepillar los dientes.
.Al cambiar algunas rutinas, se obliga la estimulación del cerebro derecho. Esta es una nueva técnica para mejorar la concentración, desarrollar la creatividad y la inteligencia, al realizar estos simples ejercicios de Neuróbica..

.Un descubrimiento dentro de la "Neurociencia ", revela que el cerebro tiene una extraordinaria capacidad de crecer y mudar el padrón de sus conexiones.
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Los autores de este descubrimiento, Lawrence Katz y Manning Rubin (2000), revelan que la Neuróbica , o la "aeróbica de las neuronas" es una nueva forma de ejercicio cerebral, proyectada para mantener al cerebro ágil y saludable, creando nuevos y diferentes padrones de comportamiento, y de las actividades de las neuronas de su cerebro.
Cerca de 80% de nuestro día a día, está ocupado por rutinas, que a pesar de tener la ventaja de reducir el esfuerzo intelectual, esconden un efecto perverso: limitan y atrofian el cerebro, no permitiendo la renovación y crecimiento de sus neuronas.

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Para contrarrestar esta tendencia, es necesario practicar algunos "ejercicios cerebrales" , que hacen que la persona piense solamente en lo que está haciendo, concentrándose en esa tarea. El desafío de Neuróbica, es hacer todo aquello contrario a la rutina, obligando al cerebro a un trabajo adicional.
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Alguno de los ejercicios para desarrollar la Neuróbica:

-Use el reloj en el pulso contrario al que normalmente lo usa
-Cepíllese los dientes con la mano contraria -Camine por la casa, de espalda (en la China , esta rutina lo practican en los parques)

-Vístase con los ojos cerrados -Estimule el paladar con cosas de sabores diferentes -Vea las fotos, de cabeza para abajo (o las fotos, o usted);
-Mire la hora, en el espejo; -Cambie el camino de rutina para ir y volver a casa -Usted puede hacer muchos otros ejercicios neuróbicos, dependiendo de su propia inventiva.

La idea es cambiar los comportamientos de rutina. Para ésto, hay que hacer algunas cosas diferentes, para que ejercite el otro lado de su cerebro (el derecho), estimulándolo de esa manera.

.¡Bien vale la pena probar!
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¿Que tal si comienza practicando ahora mismo, usando el Mouse (ratón), con la otra mano, y enviando ahora este mensaje a sus amigos…
ME IMAGINO QUE AL FINAL VAN A MANDAR EL MENSAJE COMO YO SE LOS ENVÍE, CON LA MANO IZQUIERDA , Y ME ESTÁ COSTANDO MUUUCHO TRABAJO.

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PERO CON GUSTO LO HAGO PARA QUE TODOS DESARROLLEMOS LA NEURÓBICA , Y NUNCA TENGAMOS EL MAL DE ALZHEIMER!!!....

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Fuente: Océano Luz

martes, 14 de abril de 2015

LA MISIÓN DE LOS GATOS EN NUESTRA VIDA


  La misión de los gatos en nuestra vida. La mayoría de la gente piensa que los gatos no hacen nada, son perezosos y todo lo que hacen es comer y dormir. ¡ No es así !  ¿Usted sabia que los gatos tienen una misión en nuestra vida?  Aquí está una serie de datos sobre la vida secreta de los gatos.  Todos los gatos tienen el poder de, diariamente, remover energía negativa acumulada en nuestro cuerpo. En cuanto dormimos, ellos absorben esa energía.  Si hay más de una persona en la familia, y sólo un gato, él puede acumular una cantidad excesiva de negatividad al absorber energía de tantas personas.  Cuando duermen, el cuerpo del gato libera la negatividad que eliminan de nosotros.  Si estuviéramos excesivamente estresados, pueden tener el tiempo suficiente para liberar tal cantidad de energía negativa, y consecuentemente se acumula como gordura hasta que pueden liberarla.  Por tanto, se vuelven gordos – y usted piensa que era la comida con la que usted los alimentaba!  Es bueno tener más de un gato en casa para que la carga sea dividida entre ellos.  Ellos también nos protegen durante la noche para que ningun enpíritu indeseable entre en nuestra casa o cuarto mientras dormimos. Por eso les gusta dormir en nuestra cama.  
Si consideran que estamos bien, no dormirán con nosotros. Si hubiera algo extraño pasando a nuestro alrededor, saltarían a nuestra casa y nos protegerían.  Si una persona viniera a nuestra casa y los gatos sintieran que esas personas están ahí para perjudicarnos o que son malas, los gatos nos rodearían para protegernos.  Cuando mis gatos comenzaron a hacer eso conmigo, no entendía porque se quedaban encima de mí o en mis pies. Después supe que me estaban protegiendo.    Entonces, mis oídos y mis ojos buscan inmediatamente ver la reacción de mis gatos para ver que van a hacer cuando alguien entre a mi casa. Si para a la persona, a olerla o quieren ser acariciadas por esa persona, se que me puedo relajar.
Si usted no tiene un gato, y un gato callejero entra en su casa adoptándola como su hogar, es porque usted necesita de un gato en ese momento en particular.  El gato callejero se ofreció como voluntario para ayudarlo a usted.  Agradezca al gato por escoger su casa para ese trabajo. Si usted tiene otros gatos y no puede quedarse con el callejeros, encuentre un lugar para él.  
El gato llegó a usted por una razón desconocida para usted a nivel físico, pero en sueños usted puede ver la razón del aparecimiento del gato en ese momento, por si quisiera saber.  Puede ser que haya un débito de los Karmas que él tiene que pagarle a usted.  Por tanto, no asuste al gato. Él va a tener que regresar de un modo u otro para realizar esta obligación.  

Los gatos nos curan  En la época de la Atlántida, los curanderos usaban cristales en sus trabajos. Los cristales eran usados como un canal de cura.  Cuando los curanderos visitaban pueblos lejanos, ellos no podían usar los cristales porque el pueblo desconfiaba de ellos pensando que ellos usaban magia negra.  Como no podían usar cristales, llevaban gatos que ejercían exactamente la misma función de los cristales.  El pueblo no tenia miedo de los gatos y permitían que ellos entraran en sus casas.  De ese modo, los gatos han sido usados innumerables veces en el arte de la cura.  Los gatos son criaturas adorables, y aman a sus dueños por encima de todo, pero tienen una manera diferente de amar… Pero, no obstante es verdadero .   Ellos son grandes amigos y compañeros!  ¡Son dulces, amigables y fieles!  Las personas alérgicas a los gatos son emocionalmente incapaces de amar a alguien con profundidad, porque reprimen sus verdaderos sentimientos!  Adopte un gato, su vida nunca mas será la misma!
Fuente: http://www.taringa.net/post/mascotas/15044951/Usted-sabia-que-los-gatos-tienen-una-mision-en-nuestra-vida.html...

Todos los Martes 18 horas. Te esperamos a la meditacion mindfulness Transpersonal

EL SECRETO DE KRISHNAMURTI, por Eckhart Tolle
El gran filósofo y maestro espiritual de la India, viajó casi continuamente por el mundo entero durante más de 50 años para tratar de comunicar a través de las palabras (que son contenido) aquello que está más allá de las palabras y del contenido. Durante una de sus últimas conferencias, sorprendió al público preguntando, "¿desean conocer mi secreto?" Todo el mundo quedó en vilo. Muchas de las personas habían acudido a sus conferencias durante 20 o 30 años sin lograr comprender la esencia de su enseñanza. Finalmente, después de todos esos años, el maestro estaba a punto de revelarles la clave. "Mi secreto es el siguiente", dijo, "no me importa lo que pueda suceder". No dijo nada más, de manera que pienso que la mayoría de las personas presentes quedaron más confundidas que antes.
Sin embargo, las implicaciones de esa frase son profundas. ¿Qué implica no inmutarse ante las cosas que puedan suceder? Implica estar internamente alineados con lo que sucede. "Lo que sucede" se refiere al carácter del momento presente, el cual es siempre como es. Se refiere al contenido, a la forma adoptada por el momento presente, el cual es el único que puede existir. Estar en consonancia con lo que es significa estar en una relación con las cosas que suceden en la cual no hay resistencia interior. Significa no calificar mentalmente los sucesos como buenos o malos sino dejar que las cosas sean. ¿Significa eso que no debemos hacer nada por generar cambios en nuestra vida? Todo lo contrario. Cuando la base para toda la acción es la consonancia interior con el momento presente, la inteligencia de la Vida misma imprime poder a nuestros actos.
 -Alinearse con la inteligencia de la vida a través del momento presente, sin juicios, sin deseos, sin proyecciones y resistencias.
Estas palabras pueden inspirarnos el día hoy y soltar la importancia personal y egoica para navegar por la esencia del ser que imprime cada acto cotidiano llenándolo de amor y presencia.


POR QUÉ ES IMPORTANTE Y SANADOR QUE LA MUJER LIMPIE SU ÚTERO ENERGÉTICAMENTE




Por: Sanahí, directora de Aflora Mujer Chile

Puede sonar extraño para algunas que el útero deba limpiarse energéticamente, quizás para algunas limpiarlo significa asumir que está sucio o impuro. Sin embargo ni por sucio ni por impuro, simplemente porque el útero es muy importante de resignificar e incorporar a la psique de la mujer, pues por mucho tiempo nuestro útero quedo relegado al mundo del sufrimiento y el dolor y limpiar significa dejar espacio, liberar, soltar.

¿Es el útero algo más que un órgano? Pues sí, el útero es nuestra matriz sagrada y en él habita un enorme potencial energético. Es nuestro cuenco donde nace la vida y el placer, es un reflejo de nuestro corazón femenino. El útero no es sólo un lugar donde nuestros bebes crecen, es este órgano el que recibe nuestras emociones a lo largo de toda nuestra vida de mujer.

En nuestro caso como mujeres, nuestro centro de sensaciones existe justo allí en nuestro bajo vientre, todas desplazamos muchas cosas hacia este espacio y es por esto que en éste centro se generan una serie de problemas que si no logramos sentir y liberar, la energía se estanca. Si pensamos que es el espacio de lo femenino, pues aquí es donde más hacen su aparición los problemas en la mujer. Los problemas pueden ser generados por temas específicos como una vida insatisfecha o llena de dificultades, preocupaciones en el trabajo o con la pareja, vida sexual insatisfecha, etc. Que muchas veces terminan en síntomas, desde dolor hasta quistes, miomas, o desorden hormonal.
El útero por excelencia recibe, pero también tiene la capacidad de entregar, liberar y soltar, de hecho todo en la naturaleza tiene la capacidad de contraerse y relajarse, de recibir y de entregar, es así la armonía que nos rodea. Sin embargo a la mujer no se le educo sobre el poder que tiene su útero, sobre todo se censuró la capacidad de soltar, se nos inculcó miedo al liberar y relajar, los úteros se enfriaron y dejaron de vibrar, palpitar y moverse, dejaron las mujeres de abrir sus vaginas para permitir el paso de sus bebes, de hecho la menstruación “que liberamos mes a mes” fue interrumpida con pastillas, tampones, toallas que absorben la sangre. En síntesis el arte de “liberar” se maltrató, incluso las mujeres “libres” que bailaban en torno a una fogata o movían su pelvis libremente las apuntaron con el dedo, y a otras las quemaron por esta libertad, por este acto de soltar. Las mujeres fuertes y valerosas parecían ser las mujeres que aguantaban. Y a las mujeres con capacidad de decidir se las trató de desobedientes.

Me gusta sentir la energía que me rodea, sin embargo cuando comencé a entender la energía del útero, no sólo mi propio útero, sino al ver a las mujeres antes y después de un trabajo energético en su vientre, doy por confirmado que el trabajo energético en los úteros sana y te hace ahorrar años de terapia.

Con el tiempo comprendí que el útero capta la energía psíquica.La energía psíquica es la energía de los procesos de la vida, Jung expresa este término y hacía referencia a que la energía psíquica circula por la psique. La psique, del griego ψυχή, psyché, «al alma humana», es un concepto procedente de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo. La energía psíquica entendida como la energía de los procesos de la vida se puede transmitir en el útero de la madre.
En el útero de la mujer crece la vida de hombres y mujeres, como madre que soy entendí en cuerpo y alma que lo que se vive durante la etapa gestacional; se siente, se entiende, se incorpora, se sueña, se anhela, nuestro bebe también lo siente, es innegable la comunicación madre hij@ que se dá en la etapa gestacional, por lo que la psique femenina (es decir nuestra alma femenina) habita en nuestro útero, quizás no por nada Freud y sus colegas llegaron a la síntesis de que si la mujer libera la energía psíquica estancada o bloqueada en su útero sanará su mente y por qué no, su comportamiento ante la vida.

¿Y qué me dicen de la histeria? La histeria femenina, también conocida como paroxismo histérico, era una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del siglo XIX. En la era victoriana fue el diagnóstico habitual de un amplio abanico de síntomas, que incluían desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y «tendencia a causar problemas»
Las pacientes diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido como «masaje pélvico», estimulación manual de los genitales de la mujer por el doctor hasta llegar al orgasmo que, en el contexto de la época, se denominaba «paroxismo histérico», al considerar el deseo sexual reprimido de las mujeres una enfermedad. Otra forma habitual de tratarla era el lavaje vaginal.

Gracias a esta enfermedad, Sigmund Freud empezó a entender que había algo más que la conciencia, es decir, comenzó a descubrir la existencia del inconsciente. Es así como al entrar en las vaginas y úteros de las mujeres Freud terminó por afirmar que lo que se conocía como histeria femenina era provocado por un hecho traumático que había sido reprimido en el inconsciente. ¿Podríamos decir entonces que el inconsciente se hospeda en el útero?, quizás si Freud leyera esto me hace un lavado vaginal de inmediato por desordenada y desobediente, sin embargo creo que sí, que en nuestros úteros habita memoria, información y energía en estado inconsciente y que liberando esta memoria podremos acceder a la sanación de la energía femenina, individual y colectivamente.

Germaine Greer (académica, escritora, y locutora australiana reconocida por ser una de las representantes feministas más importantes del siglo XX ) ha observado que algunos médicos creen que “…est femineo generis pars una uterus omnium morborum”, “el útero participa en todas las enfermedades de las mujeres”. Y de ahí que antiguamente realizaban la HISTEROSTOMÍA a las mujeres que padecían de HISTERIA o tenían problemas psicológicos, depresiones, angustias. Al parecer sacando el útero la mujer sanaba mental y emocionalmente. Sin embargo la propuesta de éste presente es escuchar al útero y dejar que se exprese, liberarlo, pero no de tu cuerpo, más bien encarnar nuevamente el útero a tu cuerpo y sanar desde adentro.

He estudiado e investigado de manera personal que El útero adquiere y recoge memorias por medio de 4 energías:

- A través del linaje femenino: La información se pasa de útero a útero, por la unidad dual madre-hij@. Cada hija trae consigo a su madre, y a todas las madres que existieron antes que ella. Podemos registrar en la etapa gestacional las impresiones y sentimientos de nuestra madre, podemos también reconocernos entre las mujeres de nuestro linaje femenino y encontrar muchas cosas en común, incluso sueños y deseos, hábitos y carácter, pero sobre todo esto de recibir energía de nuestro linaje se da pues nacimos del útero de una mujer, de su copa, de su matriz, del lugar donde ella dirige sus emociones, pero donde también sofoca su sentir, por ende crecer en el vientre de nuestra madre nos conduce necesariamente a entender y sentir a nuestra línea materna y en algún momento empatizar, aprender y por qué no, sanar junto a ellas.

- Por medio de la impregnación energética: que es cuando intercambiamos fluidos como: semen, fluido vaginal. Y de esta manera se activa el detector de las variaciones físicas o químicas que provienen del interior del individuo con el que compartimos nuestros fluidos. Cuando intercambiamos fluidos no solo estamos asimilando la información química, que nos entrega este intercambio, también estamos obteniendo el psiquismo celular de nuestras parejas. Y en la virtud mal aspectada de muchas mujeres que tendemos a retener, es que retenemos ese psiquismo celular de la pareja con la que estuvimos sexualmente en nuestro útero. Yogi Bhajan explicó cómo las experiencias sexuales son impresas en nuestra aura, y en nuestra mente subconsciente. Cada uno se impregna con una intensidad diferente. Las mujeres son muy sensitivas y recibidoras de la cualidad penetrante del hombre.
Cuando un hombre penetra una mujer, el aura de esta mujer quedará impresa durante 7 años en un orden decreciente a medida que se aleja de la fecha de la penetración. Si te preguntas ¿En que te influye tener impresa la penetración de una pareja en tu aura? Sigue leyendo.

La impregnación funciona así: Recibimos, retenemos, acumulamos información de nuestras parejas sexuales y la sostenemos en nuestro útero, esto ocurre en cada encuentro sexual, cobijando esa frecuencia en la que transito nuestro acompañante sexual. En cada encuentro cuando el semen entra o cuando hay un beso e intercambiamos saliva, estamos compartiendo material genético, información, energía que en oriente bien se comprende que estos fluidos son la VIDA, en ellos hay mucha información. No por nada para saber cómo está tu cuerpo se hacen exámenes a estos fluidos, sea sangre, saliva, flujo vaginal, semen.

De manera que si vemos al útero como bien dilucidaron los médicos de la antigüedad como una llave para la comprensión de la psiquis femenina, encontramos entonces que el útero tiene una vibración y frecuencia tan alta que retiene y recoge información tal como nuestro cerebro. Lo que viene a hacer notar que lo que aún retenemos en el útero sea nuestro o no, pasa directamente a afectar nuestro pensar y actuar… de esto que las hormonas se polarizan, segregamos más testosterona que estrógeno y progesterona, nos masculinizamos, no sabemos la dirección a tomar, surge mucha duda, nos sentimos incomprendidas, perdidas en algunos casos y tantas cosas más que muchas no llegamos a entender por qué entramos en eso y consultamos cientos de terapeutas, y psicólogos para que nos sirvan de brújula para encontrarnos…y la brújula siempre existió, sólo que está tapada, por energías que no son nuestras o que hemos ido sofocando y que están demás en nuestro interior, en nuestro espacio psíquico uterino, esta comprensión nos lleva a descubrir por qué nos hemos alejado cada vez más de nosotras mismas, de nuestra esencia innata de sanación y dirección, de nuestra esencia femenina de la fidelidad a nuestra alma.

- Por medio de la Emisión de energía:
La cual necesita proximidad y tiempo; por ejemplo les ha pasado que cuándo se juntan con su amigas tres o cuatro días (sino menos) en un mismo espacio, ¿comienzan a menstruar todas juntas? Pues eso se da por la emisión uterina por proximidad entre mujeres y asiduidad. Es decir este psiquismo femenino surge por la proximidad de vibración entre una y otra mujer. De ahí que en los círculos de mujeres se libera en todas la hormona oxitocina que es activada por proximidad y está demostrado que la oxitocina mejora la capacidad de la mujeres (hombres también) de confiar en otras personas, promover la actividad social, superar el temor a la traición y crear un círculo de confianza y afecto. La cual SANA la ruptura de la hermandad femenina, comenzamos a confiar en la otra mujer, sea conocida o desconocida, pues empezamos a emanar, a recordar el origen es decir LA UNIÓN.
De la misma manera que el dormir con un acompañante, pareja, esposo que está constantemente, enojado, con rabias, mal humorado, etc. (emociones por las que todos pasamos) pues por emisión nosotras lo sentiremos y no sólo eso, si no que posiblemente entremos en esa misma frecuencia de energía.

- También tenemos los introyectos: Un introyecto es una idea, una creencia que se absorbió en determinado momento de la vida, usualmente la infancia. Esta idea tal vez ya no responde a la situación y necesidades presentes, pero sigue vigente. Usualmente un introyecto toma forma en una oración con la palabra debes, o deberías. Por ejemplo si durante tu infancia te decían que “debes ser una mujer fuerte y mantenerte al pie del cañon”, “que una mujer fuerte es la que lucha”, o que “debieran las mujeres ser obedientes, ser buenas niñas” etc. pues si estás hoy en tu vida adulta y has pasado por un momento difícil y no puedes manifestar tu debilidad, no te permites llorar o sentir incluso confiar, o delegar, te aseguro que si buscasen tus introyectos de mujer, encontrarían frases como las descritas arriba, creencias que posiblemente sea tiempo de soltarlas para incorporar creencias que se adapten a tu presente y te fortalezcan y empoderen como persona, como mujer sagrada. Ahora bien ¿Significa esto que un introyecto es malo? No, sólo que puede no responder a la necesidad que tiene tu alma en el presente y puedes sentir frustración, miedo, inseguridad, disconformidad y muchas veces sin saber la causa conscientemente, incluso algunos síntomas se presentan por introyectos como por ejemplo “ando enferma, pues ando con mi regla”, “pronto me voy a indisponer”, “ para que voy a ir a esa reunión si será lo mismo de siempre, me dejarán en lista de espera”, “para que tratar de quedar embarazada si ya llevo 10 intentos y no pasa nada, mi útero no me funciona” etc, una larga lista de creencias que se anidaron en nuestra mente femenina, por ende en el útero.

Es importante agregar lo que Ana Silvia Serrano nos explica sobre la energía que anida en el inconsciente femenino “Y para qué decir de la energía que aún anida en el inconsciente femenino a nivel colectivo y que muchas pasamos por alto, las historias de sufrimiento, humillación, dolor que hemos grabado en nuestros cuerpos, en nuestro inconsciente. Historias que han quedado reprimidas y bloqueadas a nivel individual y por ende colectivo. Por ello, es inminente atender las historias de vida que no hemos logrado cambiar y repetimos una y otra vez, año tras año, siglo tras siglo, vida tras vida”.

Como pueden ver el útero es más que un órgano encargado de acunar bebes, pues en el reside una energía que fue digna de investigar por muchos hombres y que hasta hoy sólo conocen las mujeres que han despertado a esta sensibilidad uterina y logran pues moverse en el mundo recibiendo información de sus sentidos del vientre donde está la llave a su psiquis.

Está en nuestras manos el don de sanar nuestro útero, resignificarlo y permitir que entre en nosotras la energía femenina-comprensiva, compasiva, incluyente, sanadora, sabia y creadora. Los pensamientos en positivo sobre nuestro útero, cuidarlo sobre todo escucharlo nos lleva directo a la llave que nos dirige al ALMA FEMENINA, a la sanación personal y colectiva de esta alma integradora y amorosa.
Siente tu útero como una copa, una copa en la que entra información, y que tú eres la encargada de alquimizar la información, entregando tu sangre menstrual a la tierra, permitiendo con éste acto psicomágico que tu linaje se libere de ataduras establecidas, generación tras generación y así también honrar al hombre que visitó este espacio sagrado… convocando que tu útero sea prístino y vivas solo tú en él, y ya no más en función de otro. “Al sanar nuestros cuerpos físicos, sanamos nuestras mentes y pensamientos de falsas creencias, los liberamos de ese desequilibrio para tocar nuestra más profunda esencia que sólo alcanzamos a través de las emociones, del sentir. De ésta manera, dejaremos de “responsabilizar al otro” para empezar a crear nuestras vidas en esa interna y verdadera realidad que es el equilibrio mismo entre nuestro pensar y nuestro sentir.” Ana Silvia Serrano.

Es tu turno de elevar tu energía, es tu turno de vivir en la diosa. Es tu turno de vivir en la humildad de reconocernos mujeres empoderadas, no porque seamos más que los hombres, ni más que la hermana que está al lado, esto es por ti y por todas tus compañeras, es por las futuras generaciones de hombres y mujeres, es también por tu presente.

“Para sanar lo femenino a nivel planetario debemos comenzar por sanar nuestra propia herida. Cada mujer lleva una herida profunda que arrastra –por ser parte del inconsciente colectivo– desde sus antepasadas más lejanas.
Hemos sido obligadas a ocultar, reprimir y –en el peor de los casos– olvidar nuestros dones más preciados: la intuición, la sanación natural, el respeto por nuestro cuerpo y sus ciclos, nuestra conexión con la naturaleza y con el cosmos, los vínculos con nuestros espacios sagrados genitales y corazón. Felizmente,todo ello aún duerme en nuestra psique y espera ser despertado.” (escrito de Germaine)

Sanahí. (María José M.Valdivia)
Mujer y Madre de 3 niñas.
Se especializa desde hace 6 años en Sanación y Empoderamiento Femenino con enfoque psicológico espiritual y terapéutico. Realiza su labor rescatando la sabiduría ancestral y futura de la medicina femenina mediante diversas técnicas de trabajo personal y grupal.
Con amplia experiencia en facilitar talleres, círculos, charlas, ceremonias y rituales de mujeres y mixtos donde el trabajo fundamental es el crecimiento interior, el desarrollo de la conciencia, el amor, la auto curación y la sanación de la Madre Tierra y los úteros de las mujeres. Acompaña procesos de transformación personal en las mujeres ayudándoles a re-conectar con su fuerza personal y conexión única con su esencia femenina para llegar a la comprensión de que somos nuestra propia medicina.
Creadora y Directora de Aflora Mujer Chile®
Fuente: http://www.mamadre.cl/2015/03/por-que-es-importante-y-sanador-que-la-mujer-limpie-su-utero-energeticamente/